Aquel 25 de Abril salió todo como si de un cuento se tratase… fue una boda romántica, emotiva y divertida.
Nuestro flechazo empezó cuando estando tranquilamente trabajando apareció aquel Terapeuta Ocupacional a compartir un verano cerca de mí, y sería el primero de muchos mas. Fue allí entonces, donde quiso arrodillarse para pedirme la mano.
El día de nuestra boda amanecimos cada uno con sus respectivas familias. Él, mi príncipe azul, iba con un chaqué de color azul marino de Canalli, espectacular (me lo dijo desde un principio y yo nunca me lo creí) con sus gemelos de Bulgari regalo de mis padres. Yo, no fallé a mi estilo. Mi vestido era de Pronovias, corte sirena, zapatos Menbur y pendientes de brillantes que fueron el regalo de mis suegros. El pelo y el maquillaje obra de Margie Fashion Make Up y Pepa Guillamó. Nos recogieron con un Rolls Royce a cada uno de nosotros para llevarnos a nuestro encuentro. La boda estaba ambientada en tonos malva, con paniculata, mariposas y muchos más detalles que no dejó pasar Marta de D Eventos. La iglesia San José de la Montaña pura, bella y excepcional, cautivó a todos. Fue amenizada por Suite Art con un cuarteto con soprano. Y el convite en el Huerto de Santa María, un lugar con frescura y unos jardines preciosos.
Recuerdo como si fuera ayer la emoción del encuentro en el altar, la alegría de nuestra familia y amigos al vernos… pero sin vosotros, sin vuestros ojos, que ven aquello que es imperceptible para los ojos de los demás, no hubiese sido lo mismo. Porque vosotros haréis que todos esos recuerdos perduren para siempre.
Gracias Antonio Sanz Fotógrafos.